domingo, 18 de noviembre de 2018

Un café con hielo




Cinco años juntos. Uno y medio de pasión e ilusión, otro año y medio de proyectos de futuro, un cuarto de incertidumbres “¿qué me está pasando”? Y el último de aburrimiento y desidia.
_Cielo ¿qué te parece si tomamos un poco de aire fresco? _le dijo un día ella_ Y se fue a casa de una amiga pero a la semana el la llamó.
_¿Cuándo vuelves amor? _y a ella su voz le resultó cansina.
El continuó llamándola todas las semanas durante aquellos dos meses de ausencia hasta que decidieron citarse en una cafetería.
_¿Qué le digo? _ piensa ella_ ¿Cómo termino esto?
Al torcer la esquina estaba allí sentado, en la terraza, mientras revolvía el café con hielo, esa estúpida manía suya de pedir café con hielo para luego dejar que se licuase y el irritante ruido de la cucharilla tropezando en el cristal del vaso y el hielo chocando contra la cucharilla y contra las paredes del vaso como un pequeño iceberg a la deriva.
_¿Sabes? ¡No lo soporto! Ni un día más. Esa costumbre tuya de pedir un café con hielo para luego tomártelo sin el_. Y levantándose se fue por donde había venido.