Cariño mira el
maravilloso paisaje que contemplamos desde el porche, el bosque , los
prados verdes, al fondo la cordillera y ese tono de la piedra caliza
cuando le da el sol, el lago a nuestros pies, mira, fíjate, a veces
desde aquí se ven esos pequeños remolinos, son los peces que saltan
y vuelven a meterse en el agua. Nuestros deseos hechos realidad, la
casa con la que siempre soñamos, lejos de todo y de todos, un mundo
a nuestra medida, donde nadie nos moleste, tu y yo solos, amándonos
como al principio, porque era eso de lo que se trataba, de que todo
siguiera igual, ¿acaso no
estoy yo aquí para complacerte? ¿O es que no te trato como a una
reina? Soy tu esclavo, pídeme lo que quieras y se cumplirán tus
deseos ¿para qué necesitabas las piernas? ¿Para huir de mi? Y
¿las manos? ¿Para blandir un cuchillo? Ahora debo irme a trabajar.
¿Quieres quedarte aquí en el porche, al aire libre? ¿O prefieres
que meta la silla para casa y te acerque a la ventana del salón? Te
quitaré la cinta de la boca, no grites, aunque si quieres puedes
hacerlo, no te escuchará nadie, pero me resulta muy molesto cuando
estoy aquí oír tus gritos y tus llantos, porque me hacen pensar que
ya no me quieres como antes así que tendré que cortarte también las cuerdas
vocales.
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