miércoles, 17 de diciembre de 2014

Alambradas


La mujer está sentada en la tierra resquebrajada y seca. Tiene la cabeza inclinada y los ojos cerrados, que sólo abre para espantar con su mano las moscas que se posan en su rostro y en el del niño ventrudo y cabezón colgado de su teta escuálida. Otro niño, vestido con una camiseta sucia que no llega a taparle las nalgas, corretea a su alrededor con sus piernas raquíticas y combadas. Desde que está aquí se acuerda mucho de su abuela y de los días que la acompañaba a trabajar a la casa de la señora blanca. Era una mansión de planta baja con un pasillo largo lleno de puertas y un enorme porche con sofás, desde donde se veía la pradera ocre de la sabana. Al volver a la aldea las rodeaban las hierbas altas, mecidas por la brisa, y en el horizonte, protegiéndolas, la montaña sagrada. Cuando levanta la cabeza, sus ojos desesperanzados sólo ven un horizonte de alambradas y tierra parda.

lunes, 15 de diciembre de 2014

Objetos inservibles


Llevaba dándole vueltas a la cabeza desde que el día anterior había leído aquel artículo en el periódico. Minimalismo en la vida diaria... desprenderse de cosas inútiles acumuladas a lo largo de los años... tirar un objeto cada día... Decidió llevarlo a la práctica y comenzó a meter en una maleta todo aquello que le pareció inútil; en la habitación de su hija, que hacía un par de años que no vivía con ellos, el despanzurrado oso de peluche y la raída manta de cuadros de colores; en el dormitorio conyugal, aquel ridículo joyero de conchas, comprado durante su luna de miel en la isla de la Toja y el horripilante cuadro de San Sebastián asaeteado, regalo de boda de una tía de Antonio; en el vestíbulo, el payaso de sonrisa siniestra de la estantería y el reloj de cuco, sin cuco, de la pared. En el salón Antonio la recibió con un sonoro ronquido de su boca babeante y ella, procurando no despertarlo, continuó con su recolección de objetos inservibles.
Cuando su marido despertó, encima de la mesa, había una nota: “Volveré por la noche. En la puerta tienes dos maletas. Una tiene tus cosas, la otra, los trastos inútiles. De la que te marchas tírala a la basura."